Si tu fregadero no traga el agua, pero no está atascado, es posible que haya una obstrucción en la tubería de desagüe. Esto puede ser frustrante, pero hay algunas soluciones que puedes probar antes de llamar a un fontanero.
Método 1: Limpieza del sifón
El primer paso es revisar el sifón debajo del fregadero. Este es un tubo en forma de «U» que atrapa los residuos y evita que se obstruya la tubería principal. Sigue estos pasos:
- Coloca un cubo debajo del sifón para recoger cualquier agua residual.
- Usa una llave inglesa para aflojar las tuercas que conectan el sifón al desagüe y al tubo de desagüe.
- Retira el sifón y límpialo con agua caliente y jabón.
- Revisa el sifón en busca de obstrucciones como restos de comida u otros desechos.
- Vuelve a colocar el sifón y aprieta las tuercas.
Una vez que hayas limpiado el sifón, prueba si el fregadero traga correctamente.
Método 2: Uso de un desatascador
Si el método anterior no solucionó el problema, puedes intentar desatascar el fregadero con un desatascador. Sigue estos pasos:
- Llena el fregadero con suficiente agua para cubrir la cabeza del desatascador.
- Coloca el desatascador sobre el desagüe y haz presión hacia abajo.
- Mueve el desatascador hacia arriba y hacia abajo de forma rápida y enérgica.
- Repite este proceso varias veces hasta que el agua comience a tragar sin problemas.
Si estas soluciones no funcionan, es posible que haya un problema más serio en la tubería de desagüe y puede ser necesario llamar a un profesional.
No dudes en dejarnos tus comentarios y compartir tu experiencia con problemas de fregadero que no traga pero no está atascado. ¡Nos encantaría conocer tus trucos y soluciones!
